V.
Dios mío, ven en mi auxilio.
R.
Señor,
date prisa en socorrerme.
Gloria
al Padre, y
al
Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Aleluya.
HIMNO
A
nuestros corazones
la hora del Espíritu ha llegado,
la hora de los dones
y del apostolado:
lenguas de fuego y viento huracanado.
Oh
Espíritu, desciende,
orando está la Iglesia que te espera;
visítanos y enciende,
como la vez primera,
los corazones en la misma hoguera.
La fuerza y el consuelo,
el río de la gracia y de la vida
derrama desde el cielo;
la tierra envejecida
renovará su faz reverdecida.
Gloria a Dios, uno y trino:
al Padre creador, al Hijo amado,
y Espíritu divino
que nos ha regalado;
alabanza y honor le sea dado. Amén.
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SALMODIA
Ant.
1.
Mejor
es refugiarse en el Señor, porque es eterna su misericordia. Aleluya.
Salmo
117 Himno
de acción
de gracias
después
de la victoria
Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha
convertido en piedra angular (Hch 4, 11)
I
Dad
gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga
la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El
Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Mejor es refugiarse en el Señor, porque es eterna su misericordia. Aleluya.
Ant.
2.
El Señor es mi fuerza y mi energía. Aleluya.
II
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No
he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor es mi fuerza y mi energía.
Aleluya.
Ant.
3.
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste. Aleluya.
III
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
-Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
-Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es
el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste
es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor,
danos
prosperidad.
-Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.
-Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú
eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste. Aleluya.
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SEXTA
LECTURA
BREVE
Ga
6, 7b-8
Lo que uno siembre, eso cosechará. El que siembra para la carne, de ella
cosechará corrupción; el que siembra para el espíritu, del Espíritu
cosechará vida eterna.
V.
Tu palabra, Señor, es eterna.
R.
Tu fidelidad de generación en generación.
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NONA
LECTURA
BREVE
Ga
6, 9-10
No nos cansemos de hacer el
bien, que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos, En una palabra:
mientras tenemos ocasión, trabajemos por el bien de todos, especialmente
por el de la familia de la fe.
V.
Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R.
Y guardaré tus leyes.
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